Defendieron a la Patria contra el Terrorismo y la invasión en el Cenepa y no tienen a dónde ir 51 héroes discapacitados por acción de armas a punto de ser arrojados del Cuartel de Inválidos de las FFAA.
Encima, no reciben reconocimiento de sus justos derechos pensionarios y tampoco tratamiento digno
CARLOS PONGO HUAMAN (*)
Los egresados residentes en Lima del Colegio Nacional San José de Chiclayo se reúnen cada tercer domingo del mes de setiembre en la Plaza de la Bandera de Pueblo Libre. Es una ceremonia muy bonita. Se reúnen miembros de las distintas generaciones. Se iza la bandera Nacional, se canta el Himno Nacional, luego el Himno Sanjosefino y concluye con un desfile de todos los sanjosefinos asistentes.
Yo vengo asistiendo a esta ceremonia desde hace cinco años. Hace dos años noté que ese día también se reunían y desfilaban soldados que habían quedado inválidos durante el conflicto interno que había vivido el país desde 1980 hasta el 2000. Entre los asistentes a la ceremonia reconocí a un amigo de la familia, el Cap FAP (r) Carlos Lama, que venía acompañando a un joven comandante FAP que había perdido una pierna en un accidente en helicóptero.
Yo había leído en reportajes la historia de este joven piloto, a quien un ministro de aquella época se había personalmente opuesto que viaje a un hospital de EEUU para recibir una pierna ortopédica, a pesar que los gastos estaban cubiertos por la FAP. Ironías de nuestro país.
Me acerqué a saludarlos y al fin de las ceremonias me presentaron al Mayor EP (r) Raúl Díaz Marín, presidente de la Asociación de Héroes de la Pacificación Nacional. Me invitaron a su almuerzo de camaradería que iba a realizarse en el Cuartel de Inválidos de Breña.
Cualquier civil se imagina un Cuartel de Inválidos como un lugar moderno donde los soldados que han quedado con alguna discapacidad física reciben atención médica, asesoramiento y un lugar de descanso confortable para quienes la Nación Peruana les debe tanto.
Qué bonito es ver desfilar a los soldados de las distintas ramas cada 28 de Julio en las Paradas Militares. Cada vez que la Patria ha estado en peligro estos jóvenes soldados que provienen de las distintas regiones del país son los que ponen el pecho y arriesgan lo más preciado que todo ser humano tiene: su vida. Mis respetos para ellos. Mire este youtube (http://www.youtube.com/watch?v=hpBmrDZFStA), mire el rostro de los soldados, mire cómo luchan, cómo mueren y cómo quedan heridos. Los que menos tienen son los que dan más.
La dirección del Cuartel de Inválidos es Jr. Restauración 446 en Breña. No era nada moderno. Allí viven 50 soldados de las distintas ramas militares. Unos viven solos, otros con sus familias. En total viven 350 personas. Al llegar en la puerta de entrada estaba un anciano con su bastón. Me dijeron era el más antiguo y que era veterano del Conflicto de 1941. No pude contenerme y le di un abrazo y un beso a este venerable abuelito. Mi tío Emeterio (QEPD) peleó en el Conflicto de 1941 en la compañía de ametralladoras del Batallón de Infantería # 17 y quería enviarle mi saludo, orgullo y aprecio a través de este veterano. Pasamos un domingo alegre, vino un conjunto musical y cantamos canciones andinas, folklóricas. Habían oficiales y soldados que habían luchado juntos, pero ahora era una reunión de confraternidad, de alegría, de júbilo.
Quiero que Uds. miren a través de estas fotos la situación en que viven estos soldados que quedaron inválidos en acción de armas o de servicio. Sinceramente, se merecen algo mejor.
Le pedí una reunión al Presidente del Cuartel de Inválidos Jesús Alberto Cuscano Munayco y a su Secretario de Organización: Celis Reyes León, para que me expusiera las vivencias del soldado discapacitado, la atención que reciben, las carencias y cómo nosotros los civiles podemos ayudar. Esta es la entrevista realizada el 2 de Octubre del 2010.:
Habla Jesús Cuscano:
“Pertenezco a la Gloriosa Marina de Guerra del Perú. Nací en Cañete el 8 de Diciembre de 1955 de una familia de 8 hermanos. Acabé mi secundaria en el Colegio José Buenaventura Sepúlveda. En 1974, al acabar mis estudios postulé al Centro de Instrucción Naval de la Marina y estudié por dos años y medio en la Especialidad de Calderos y Máquinas. Me gradué en 1977 como Cabo de Primera. Fui embarcado a un Buque de Guerra de primera el “BAP Almirante Guisse”. Laboré allí tres años consecutivos. En ese tiempo he participado en Operaciones Unitas con distintas naves de diferentes países donde se evaluaba la destreza y habilidad del personal naval militar”.
“También en una ocasión tuve la oportunidad de participar en la Cordillera del Cóndor acompañando a nuestra Infantería de Marina. Nadie profanó nuestra frontera.
El accidente que yo tengo es una “Miastenia gravis generalizada”. Da adormecimiento o paralización del cuerpo en general. Tengo que tomar medicinas cada seis horas. Esto se desencadenó después de un accidente en una de las Operaciones Unitas en que participé. En el año 1989 me detectan la enfermedad y el año 1991 me dan de baja.
He tenido que luchar durante 12 años para que el Ministerio de Marina y el Ministerio de Defensa reconozcan mi enfermedad como un acto de servicio y no como una enfermedad hereditaria”.
“Por cuatro meses el Colegio Médico estudió mi enfermedad, corriendo ellos mismos con los gastos. Muy noble de ellos. El informe era favorable a mi caso, mi enfermedad se desarrolló a consecuencia del accidente que tuve en acción de servicio. Aun con ese informe contundente el Ministerio de Marina y el Ministerio de la Defensa se negaron a reconocer mi causal. Llevé mi caso al Congreso. El general EP Bergamino me envió al Hospital Militar para que me evaluaran. Los neurólogos que me examinaron llegaron a la misma conclusión del Colegio Médico. Después de un año los Ministerios aceptaron que me correspondía mis derechos”.
“Pero no me reconocen desde el año 1991 que me dan de baja, sino desde el 2002. Me querían robar 11 años de mi vida militar. Mi pensión es de 80 soles con descuentos de 40 soles y tengo dos hijos en edad escolar. En el año de 1992 me albergué en el Cuartel de Inválidos hasta que el Estado me asigne una vivienda que me corresponde por Ley”.
El Cuartel de Inválidos
Prosigue Cuscano: “Este cuartel fue creado por la Resolución Suprema 60-IGEIM el 28 de Noviembre de 1950 y firmada por el general EP Zenón Noriega para uso exclusivo del personal militar discapacitado. Este terreno está adscrito al Ministerio de la Vivienda. En la época del ministro Francis Allison se puso en venta el terreno a un sol el metro cuadrado.
Supuestamente ha sido vendido pero no figura en las partidas del Ministerio”.
“Hay un malestar de los que vivimos en el Cuartel de Inválidos por el trato que se nos da desde enero del 2010. El congresista Gonzales Posada se presentó un día para decirnos que teníamos que desocupar el edificio porque había una empresa que iba a construir un edificio. Hicimos una investigación y descubrimos que detrás de esa empresa hay testaferros que encubren a políticos importantes del país. El comando se prestó para este juego. Este terreno es una mina de oro, se habla de un faenón de 20 millones de dólares en los terrenos militares. Nos dijeron que el 1 de junio nos desalojarían. Sí o sí. Nos han amenazado con traer soldados y máquinas para movernos de acá. Pero se produjo un amplio respaldo de generales, almirantes, coroneles que se opusieron a que nos desocuparan. Cincuenta militares discapacitados de personal subalterno vivimos aquí, 41 de ellos son discapacitados de la Guerra del Cenepa. No merecemos este trato”.
“Tenemos un comedor comunal que estaba a cargo del Ejército. Un día por orden del Jefe Militar se llevaron todos los víveres, los cubiertos y todas las ollas y lo dejaron en completo abandono, hasta inutilizaron los servicios higiénicos. Los vecinos nos han apoyado y nuestras esposas tienen ahora el comedor a cargo aunque con ollas rotas y malogradas”.
“Las Navidades en el Cuartel de Inválidos es muy triste. El comando se olvida de sus soldados. No recibimos ni panetones, ni chocolatada de nuestras instituciones. La única institución que nos ha venido apoyando durante estas épocas es el Comité de Damas de la Fuerza Aérea del Perú, que en dos oportunidades nos han traído bolsas y canastas de víveres. Es la única institución”.
Habla Celis Reyes
“Nací en Paramonga el 14 de diciembre de 1966. Cuando cumplí 18 años me presenté voluntario al Ejército Peruano. En los años de 1984 y 1985 fui destacado a una base militar en Ayacucho que fue atacada por los terroristas. Una granada casera me provocó heridas en mi pierna izquierda pero no fueron de gravedad.
En el año de 1991 estuve destacado en un puesto de vigilancia en el Falso Paquisha en el V Batallón de Infantería de la Selva”.
“En el 2001 nuevamente me destacan a Ayacucho. Mi patrulla fue a socorrer a unos policías que habían caído en una emboscada. Un proyectil de largo alcance perforó mi pierna izquierda, por lo cual tengo problemas hasta ahora. En el 2005 me envían al Hospital Militar para recibir una terapia de rehabilitación y en el 2007 me pasan al retiro definitivo”.
“Yo me entregué a mi Patria de corazón, pero ahora mi institución se ha olvidado de mí. No me reconoce mi seguro de vida, ni mis beneficios que me corresponden por Ley. Tengo que ir a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos para reclamar por mis derechos.
El único techo que tengo es el Cuartel de Inválidos, que ahora me lo quieren arrebatar. Solo recibo maltrato psicológico”.
“Pido a los políticos, a los que nos gobiernan, que sean humanos, que se sensibilicen. Los congresistas son elegidos para legislar leyes y ayudar al ciudadano. ¿Qué ambición tienen para tratar de arrojarnos del único techo que tenemos? Basta de corrupción, basta de abusos. Nosotros los soldados que hemos quedado discapacitados en acción de servicio HEMOS CUMPLIDO. Ahora que se acuerden de nosotros”.
Reflexión final
Al hacer este artículo quería invitar a los activistas de las buenas causas en nuestro país a que organicemos una serie de actividades, rifas, polladas, bailes, con el fin de recaudar fondos para equipar con utensilios modernos el comedor y colocar nuevos servicios higiénicos en todo el Cuartel. Yo estaba seguro que la comunidad de peruanos que viven en el extranjero me iban a apoyar.
“Hoy llamé por teléfono al presidente del Cuartel de Inválidos, cabo AP. Jesús Cuscano, para decirle que pronto iban a venir nuevas y buenas noticias. Él me respondió muy triste, me dijo: ‘Carlos las cosas se han complicado. En la primera semana de febrero por orden directa del Comandante General del Ejército, del Jefe de Bienestar y el Jefe del Departamento de Apoyo, nos han cerrado el comedor’. Nos han convocado a una reunión y nos han dicho que se va a construir un edificio que va a ser para los oficiales y el personal subalterno en actividad. Prácticamente nos quieren echar a la calle como si fuéramos animales. Supongo que la presión de los políticos congresistas es muy grande y nos quieren echar antes que acabe el actual mandato. La guerra está declarada. Necesitamos todo tipo de ayuda. Queremos abrir una página web pero no sabemos cómo hacerlo. Hemos recibido una nota de veteranos soldados de EEUU que quieren venir a solidarizarse con nosotros. Necesitamos asesoría jurídica, necesitamos de periodistas, escritores, artistas que nos apoyen en esta lucha”.
“Ojalá que este mi escrito llegue a oídos receptivos de peruanos y peruanas de buen corazón. No los dejemos solos. La dirección vuelvo a repetir es Jr. Restauración 446-Breña, Técnico AP Jesús Cuscano, Telf: 332-0793. Es el momento que los 30 millones de peruanos seamos todos SOLDADOS y podamos decirle al soldado discapacitado que los quieren echar del Cuartel de Inválidos:
“Soldado, tú no estás solo/ por ser Defensor y Amigo/ los peruanos van contigo/ porque ahora Todos Somos Cholos/ Soldado cuando joven y lejos de tu hogar/ estuviste dispuesto tu vida a dar/ por nuestro suelo soberano./ Cada soldado que muera también/ se muere conmigo/ Por eso yo los bendigo POR DEFENDER MI FRONTERA./ VIVA EL PERU C.../ SUMAQ SUMAQ PERUMANTA PACHA
Alianza por la Reivindicación de las FFAA y PNP
