lunes, 17 de agosto de 2015

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE OHT

CARTA ABIERTA
Lima 14 de Agosto del 2015
Señor
OLLANTA HUMALA TASSO
Presidente de la República del Peru

PRESENTE
Señor Presidente:
Con todo el respeto que su digna persona y la alta investidura que posee merecen, me dirijo nuevamente a Ud. por éste medio de comunicación social, en razón que es muy posible, que de hacerlo por el conducto regular de presentarlo en la Mesa de Partes de Palacio de Gobierno en la Secretaría de la Presidencia de la República, es tal vez, perder el tiempo de que llegue a su Despacho y menos aún, a su conocimiento, por lo que simplemente quedaría en el sempiterno trasto donde se arrojan los documentos que se catalogan "Sin Importancia" cuando se critica su gestión Presidencial; pero al hacerlo público utilizando esta Red Social, al menos muchas otras personas tomarán conocimiento de lo que, al amparo de los Derechos fundamentales que nos da nuestra Constitución Política, puedo expresar libremente mi opinión siempre respetuosa, al igual que me faculta y hasta obliga a emitir mi Voto.
Hoy en el otoño de mi vida, soy un Oficial Superior en Situación de Retiro, un ciudadano común y corriente, que prestó servicios en la Policía Nacional y fuí formado en las canteras de la otrora Gloriosa e Inmortal Institución Policial, la Benemérita Guardia Civil del Perú, por lo que cumpliendo con el primordial mandato de mi conciencia, le quiero expresar con toda sinceridad, cual es la impresion que tengo hoy de usted comparada con aquella primera que tuve cuando su vida se hizo pública e ingresó en el mundo de la política nacional.
Sería mentirle si no le dijera que me impresionó su asonada en Locumba cuando ostentaba la Clase de Mayor EP y junto con su hermano Antauro se levantaron contra el gobierno del entonces Presidente Alberto Fujimori Fujimori, y a pesar de todo lo dicho y escrito al respecto, aún hasta el día de hoy no se aclaran muchos pasajes que no hacen mas que empañar su imagen como militar, como persona y hoy como Presidente de la República. Hasta el día de hoy no se establece fehacientemente, el porqué no fué usted denunciado ante el Consejo Supremo de Justicia Militar; el proceso Judicial del caso "Madre Mía", donde una contradictoria manifestación de un supuesto poblador lo salva de estar implicado directamente en dichos asesinatos; su participación intelectual en el levantamiento contra el Gobierno del Presidente Alejandro Toledo Manrique y en el asesinato de cuatro efectivos policiales, con la participación activa por parte de su hermano Antauro Humala, quien lo sindica que solo cumplía directamente sus órdenes en lo que se llamó el "Andahuaylazo", y por el cual se encuentra cumpliendo sentencia y carcelería. Francamente, todos éstos hechos lo sindicaban en ese entonces cuando tomé conocimiento de su pública existencia, como una persona supuestamente rebelde, con liderazgo, osada, aguerrida, valiente, y con, o mucha suerte para salvarse de las acusaciones y denuncias, o con un padrinazgo eficiente a todo prueba y con mucho poder politico e institucional.
Reconozco que ingenuamente creí en lo que supuse era su palabra de Honor, en sus promesas, en su ofrecimiento de apoyar a sus colegas y camaradas uniformados, de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, no solamente a aquellos en la Situación de Actividad, sinó principalmente, a todos los que nos encontramos en la Situación de Retiro y que somos muchísimos más, en la creencia que se respetarían nuestros justos reclamos Remunerativos y Pensionarios; la estabilidad de la Célula Viva y Pensión Renovable, las mejoras sociales y familiares relativos a la vivienda, a la atención de salud y a la educación de nuestros hijos. Como podíamos desconfiar de un hermano uniformado como nosotros y más aún, que no formaba parte de las jerarquías elitistas de los señores Generales con todas sus gollerias y prerrogativas que acostumbraban refregarnos en la cara de manera discriminatoria y de superioridad. Si, creímos que alguien que nos contó lo que había sufrido al igual que nosotros en una jerarquía subalterna, y pensamos que podría entender mucho mejor nuestros reclamos y necesidades. Por ello le dí mi Voto Señor Presidente cuando me lo pidió. Porque creí que era lo que había estado esperando, de alguien que prometió tomar como prioridad el acabar con la inseguridad ciudadana, actual flagelo en la sociedad.
Estando todos los ciudadanos ya hartos de tanta corrupción, festejamos la llegada de su persona prometiendo la gran diferencia con su Gobierno. De que se acabarían las excepciones y que a la cárcel irían todos aquellos que debían pagar por sus actos de corrupción. Que se iba a imponer la Ley ante la delincuencia común y organizada, y que a partir del 28 de Julio del 2011, todos los peruanos volveríamos a vivir en paz, ya que Ud. iba a dirigir personalmente la lucha contra ellos, poniéndose al frente del CONASEC, Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, a fin que el ladrón no tenga ninguna oportunidad ni ocasion de ganar. Usted nos juró que iba a proteger la Nación.
Hoy, casi al finalizar ya su Gobierno, después de más de cuatro años, me obligo moralmente de hacer un balance por el Voto que me pidió, así como a otra tanta gente, y verificar si usted ha cumplido al pié de la letra lo que nos prometió y para lo cual empeñó su "palabra de honor" así con minúsculas. Se perfectamente, y por eso debo de partir por la premisa, que no es fácil gobernar a todo un pueblo sin tener problemas. De tener la mejor voluntad si es que pudiese, de distribuir con equidad toda la riqueza del País a cada poblador para que llegue a sus hogares, entendiendo la riqueza, como los servicios básicos a que el Estado está obligado para la subsistencia y el progreso, sea éste personal, familiar y general, mediante los Programas gubernamentales de Salud, Educación, Vivienda, Trabajo, Seguridad, Familia y otros. Lo que se ha visto lamentablemente, es que los que primariamente se han beneficiado, sospechosamente son los de su propio Partido Nacionalista, y al parecer todo ello con su ayuda. Dispuso convenientemente que sea su señora esposa la que continuase con la Presidencia de su Partido, con lo cual se multiplicaron las sospechas que era ella la que realmente ejercía el Poder en Palacio de Gobierno, con sucesos públicos que sería repetitivo señalar en el manejo directo de su Gabinete Ministerial. Sobre aquellas acusaciones que penden sobre la Primera Dama y que son objeto de investigación Judicial y Parlamentaria, me reservo el derecho a mi opinion, hasta cuando se conozcan las conclusiones de ellas para no caer en el campo de las suposiciónes, lindantes con la difamación y la calumnia.
Cuando a veces lo veo ir en su vehículo protegido por efectivos de la Policía Nacional entre luces, patrulleros y motos, aparte de la super vigilancia y protección que existe en los alrededores de su domicilio, que triplica o tal vez cuadruplica, aquél servicio de custodia y vigilancia, en un domicilio cercano al Instituto Educativo donde estudian sus menores hijos y que motivó titulares periodísticos, me parece incongruente con sus declaraciones, ya que tercamente usted insiste en que todo se encuentra en órden y bajo control y normalidad. Soy conciente que el señor Presidente Constitucional de la República requiere un servicio de guardaespaldas, seguridad y vigilancia, pero, ¿es ésto normal? ¿A quién o a qué le teme tanto usted para tal resguardo? Como diría su señora esposa, ¿es tan difícil caminar derecho que necesita que lo cuiden de esa forma? ¿Confía usted en la Policía Nacional del Peru? Recuerde que usted mismo los acusó diciendo que "todos eran unos delincuentes, corruptos" cuando se descubrió el caso precisamente, de la excesiva sobre protección en el supuesto domicilio del ciudadano Oscar López Meneses, que dicho sea de paso, hasta la fecha no se llega a establecer en forma indubitable y fehaciente, qué persona fué la que solicitó el Servicio Policial, ya que si sabemos quien lo ordenó. Dió de Baja a Oficiales Superiores y Generales, manchó la honra de estos Policías, rebajó la moral y el auto estima no tan solo de ellos, sinó de sus familiares. Premió por otro lado a los supuestamente acusados que no pertenecían a la Policía Nacional, con puestos y cargos en el extranjero y otras dependencias estatales. ¿Y así sigue confiando su propia vida, la de su esposa e hijos, la de su suegra y cuñado y la de sus propios padres, en manos de quienes tildó usted de delincuentes y corruptos?
En lo referente a la inseguridad ciudadana, ésta es real y efectiva. No es una percepción. Es tangible. Como lo será, que usted mismo con gran rimbombancia y con cara de orgulloso descubridor de la solución gansteril en el Peru, ha reconocido públicamente que existe el Sicariato, como modalidad del crimen organizado, tan es así, que hasta le ha dado una sanción especial, superior a los delitos con agravamiento. Sigue usted cometiendo el mismo error de antes Señor Presidente. Por razones que en verdad desconozco, porfiadamente confía en lo que le dicen sus Asesores que no tienen la especialidad policial. Confía en aquél que le falló como Ministro y ahora lo premia usted como Asesor Presidencial en materia de Seguridad, muy por encima del propio Ministro del Interior, que por muy buenas intenciones, cultura y conocimientos sobre el Opus Dei, su especialidad es exactamente la misma que la de su Asesor, esto es Administración Penitenciaria. Lo positivo de éste nuevo señor Ministro, es que reemplazó al que lo antecedió, quien definitivamente sepultó el auto estima del personal policial con sus actitudes belicosas, insultantes y figuretismo personal inclusive hasta vistiéndose ilegalmente con prendas del uniforme policial, sin un ápice de conocimiento de técnicas policiales, menospreciando la función específica de la Policía Nacional y que hoy alardea y se vanagloria de tener su respaldo para ser el Candidato Oficial a la Presidencia de la República por su Partido Nacionalista. El actual está tratando de restitituir el Mando y Comando de la Institución policial, que es en realidad a quien le corresponde por Ley y Función, mas su desempeño en la difícil Cartera del Interior aún deja mucho que desear, porque sigue el patrón y libreto dirigido desde Palacio de Gobierno, de hacer creer, que la solución de la inseguridad, es el incrementar en demasía el número de efectivos, sin tomar en consideración que lo principal es el equipamiento logístico en tanto esté acorde con la modernidad, en cantidad necesaria y suficiente; que la remuneración sea efectiva y no en bonificaciones que solamente son un engaño mientras se encuentre el Policía en Situación de Actividad. ¿Porqué no utilizó con toda la Policia Nacional y las Fuerzas Armadas, la misma justificación que tuvo para duplicarles su remuneración a sus Ministros? ¿Porqué equiparó esos sueldos con los del Sector Privado como incentivo? Comparativamente, tanto la Policía Nacional como las Fuerzas Armadas, son las peor remuneradas en la Región. Y no pretenda decirnos Señor Presidente que no hay dinero, porque sabemos por el monto de los regalos que otorga el Congreso de la República a todos sus trabajadores con Parlamentarios incluídos, que ha estado debidamente Presupuestado, o sea, con su conocimiento y con su aprobación. Dinero hay, lo que no hay es voluntad. La eliminación del 24x24 es una decision que no se toma por intereses politicos, ya que de ésta manera se convierte a la Policía Nacional en una Policia Gubernamental, es decir, al servicio del Gobierno de turno. No existe criterio sobre lo que es la Administración de Personal ni la Dedicación Exclusiva. Se quiere quedar bien con Dios y con el Diablo. Sub estimó a la Policía Nacional y amenazó a la población con sacar a la Fuerza Armada. Craso error por cuanto las funciones son totalmente diferentes, como diferentes serán las intervenciónes de éstas últimas cuando tengan que emplear sus armas de reglamento y las consecuencias sean fatales. La Policía debe utilizar sus armas en primer lugar de manera disuasiva y con criterio de acuerdo a la magnitud y los riesgos o peligros presentes y posibles o el requerimiento de las mismas; las Fuerzas Armadas las utilizan de manera directa y sin contemplaciones. Es inadmissible que se pretenda enviar a la Policía desarmada a enfrentarse a multitudes armadas y descontroladas emocionalmente y muchas veces incitadas por revoltosos profesionales que se comportan como mercenarios al ser contratados para tal fin. ¿Los resultados? La medicina será peor que la enfermedad.
¿Hasta cuando no quiere escuchar y entender Señor Presidente? Es la sociedad la que produce sus delincuentes, y lamentablemente la peruana, tiene cada vez mayor cantidad de ellos y más infámes; extremadamente avezados, violentos, brutales y peligrosamente organizados. En siete años, o sea, durante todo su mandato y tres antes, el registro de delitos aumentó en un 75%. Repito, no es una simple percepción, es realidad que el estupor y el temor en que vivimos practicamente todos por la inseguridad, no permite ver, a muchos como usted, que la solución a éste grave problema, es directamente proporcional al cambio profundo en la actitud individual y colectiva de todos los ciudadanos, en cuanto a estructurar a nuestra sociedad bajo el principio del irrestricto acatamiento a la Ley por todos sin excepción. No es solamente tener más Policias y equiparlas bien y mejor que los delincuentes que es muy importante. La tarea del Gobierno debe de ser integral y en forma paralela. Educar y concientizar a la población también es muy importante y eso se logra desde el hogar pasando por las escuelas. El Ministerio de Educación no solamente debe de interesarse en dar leyes que le rindan dividendos económicos y enfrentarse con los educadores y los educandos. Debería tomar el control y diseñar la forma de llegar positivamente a todos sin excepción, escolarizados y no escolarizados. Los técnicos éstan a su cargo y deben poner sus conocimientos en práctica. Los otros Ministerios que abarcan a la familia, deberían previa coordinación con el de Educación y del Interior, sumarse a éste programa educativo. Es cuestión de poner a la persona adecuada en el puesto adecuado sin buscar que éstos rindan frutos medidos en dinero que es el peor error del gobierno.
En el Perú, cerca de 30 mil Policias tienen a su cargo la seguridad diaria de los ciudadanos. Un promedio de casi un Policía por cada mil personas. La recomendación de la Organización de las Naciones Unidas, la ONU, es de tres Policías por cada mil personas. Geográficamente, en Lima Metropolitana existe un Policía por cada 3.55 Kilómetros cuadrados y en el resto de nuestro territorio patrio, un Policía por cada 64 Kilómetros cuadrados, lo cual convierte a la Policía Nacional, en casi inexistente por los caprichosos errores de su distribución y mala asignación. Los sucesivos Gobiernos que datan de hace 40 años atrás, en lugar de mejorar la capacidad y profesionalismos de la Policía, la han hundido y perjudicado. La mal llamada reunificación, que se polarizó con la reorganización policial, fué el inicio del desastre actual, seguido del manoseado servicio policial 24x24, de la creación de casi veinte Escuelas de Formación de Sub Oficiales convertidas en "fábrica de Policías", sin mística, sin valores, con una pobrísima formación académica, sin métodos o sistemas de Control y Supervisión lo que motiva la fácil infiltración de elementos delincuenciales en sus filas como sucede.
No solamente el problema radica en la Policía Nacional como se pretende hacer creer, sinó que ésta se ubica por igual en el Ministerio Público, ya que en el Distrito Judicial de Lima se ubican 675 Fiscales para 10 millones de habitantes, es decir, un Fiscal por cada 14,800 personas, aparte de los incongruentes casos en que, a pesar de dirigir la investigación policial, al momento de derivar o denunciar al Poder Judicial, considera y encuentra errores en la confección del documento de denuncia. La pregunta: ¿no son los Fiscales quienes dirigen la investigación? ¿Como entonces al final encuentran que existen errores? ¿Corrupción?. En el caso del Poder Judicial, éste tenía hasta el año 2010, 8 Jueces por cada 100 mil habitantes y con una altísima carga procesal, donde mas del 60% de los reos está en calidad de inculpados, a lo que debe sumarse, que muchos Jueces, supuestamente por su falta de preparación inicial e incapacidad y en otros casos por corrupción, a muchos delincuentes ni se les procese. De alli el malestar de los efectivos policiales, quienes después de una ardua labor investigativa, de captura y de denuncia, se dan con la ingrata sorpresa, que muy pronto vuelven a capturar a quienes habían puesto a disposición de la justicia dias antes, es decir, libres y delinquiendo otra vez. Esto es de conocimiento público Señor Presidente y no creo que no lo sepa usted y como puede darse cuenta, en éstos casos no existe responsabilidad en la Policía Nacional, como lo guisieran algunos que tratan de convencerlo en ese sentido. Existen Policías malos como que existen malos funcionarios Públicos y tambien en el Sector Privado, pero no todos son corruptos, por lo que no se debe generalizar, sinó por el contrario, individualizar e identificar publicamente denunciando al corrupto.
Señor Presidente, usted tuvo la gran oportunidad que la historia le tenía reservada, para ser el mejor Presidente del Perú de toda la época republicana, pero empezó a dar muestras de flaqueza, de indudable conveniencia política, de acomodos y repartijas y de inestabilidad ideológica, cuando cambió su Plan de Gobierno de "La Gran Transformación" por aquella actual de la "Hoja de Ruta", perdió el respaldo de la Izquierda, la radical y la democrática, y con ello la renuncia de su Primer Presidente del Consejo de Ministros Salomon Lerner Ghitis, y tras él muchos hasta la fecha, con lo que su bancada Parlamentaria ha quedado reducida de manera riesgosa, a una minoría con la consiguiente pérdida de la Mesa Directiva del Congreso y en la conformación de las Comisiones Parlamentarias, preciado trofeo de la vanidad, el orgullo y del blindaje, cuando "otorongo no debe de comer otorongo". Creo que debo unirme a esas voces que lo llaman a usted un "aventurero politico". Los vaivenes de la marea política peruana son impredecibles y se aprovechan de la ignorancia del pueblo en lo que es la Educación Cívica y la Economía Política, asignaturas retiradas convenientemente por el Poder Político de la Currícula escolar, con lo que determinan que los electores no emitan un Voto de conciencia, sinó que sea un Voto reactivo, ya sea por cólera, pena o animadversión. Las pruebas estan en la Historia: reelegir a Fernando Belaunde solo por restituirle el cargo al haber sido derrocado por un golpe militar; elegir a Alberto Fujimori por la campaña en contra de Mario Vargas Llosa a quien se tildó de oligarca; volver a elegir a Alan Garcia Pérez después del peor gobierno de la historia del Perú, solo por ser el mal menor. Esta es la triste realidad de la cultura política en el Peru.
Por eso Señor Presidente, hoy le escribo ésta carta abierta, para decirle que no solamente usted nos defraudó, sinó que nos engañó, nos mintió. No cumplió con sus promesas y ni siquiera cumplió con lo que todo militar cuida mantener incólume, cual es su palabra de Honor. Ese Honor que todos los Policías del ayer la tuvimos como Lema: para la Guardia Civil, "El Honor es su Divisa"; para la Policía de Investigaciones, "Honor y Lealtad" y para la Guardia Republicana, "Honor, Lealtad y Disciplina". Estas tres Instituciones, son las que hoy día forman y conforman la base y los pilares de la actual Policía Nacional del Perú.
Ahora solo me queda esperar, que en las próximas elecciones generales que deben realizarse indefectiblemente el año 2016, mi humilde Voto no caiga en el olvido de algún otro candidato presidencial, que como usted, sólo busque alcanzar el sitial más alto que se le puede conferir a un compatriota, como es el de dirigir los destinos de nuestra propia patria, para lograr satisfacer apetitos personales, familiares y amicales, enriqueciendo aún más su orgullo y vanidad y sin la más mínima intención de reconocer errores, con lo que estaría demostrando que la autocracia es la conveniente forma de gobierno deseada para perennizarse en el Poder, y eso es peligroso en una democracia. Tendré mucho cuidado de no Votar por otro aventurero politico.
Cordialmente
Jose C. Valdivia
DNI 10312625

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